miércoles, febrero 27, 2008

San Glorio y el Oso. y VI

Viene de San Glorio y el Oso, parte V

Al analizar los impactos indirectos partiré siempre de la base de que creo que la estación tendría éxito y provocaría un aumento exponencial en la construcción de viviendas de segunda residencia, la tan temida y mentada especulación inmobiliaria, que para muchos, estaría detrás de la estación como verdadero motivo en la sombra de su construcción. Cierto que ha habido un pinchazo en la construcción y venta de viviendas, pero vista la cobardía o la complicidad que han mostrado los dos lobbys político-mediático-financieros que gobiernan de forma alterna este país (PP y PSOE son lo mismo, convenzámonos de una vez) durante el delirante y vergonzoso proceso de “asfaltización” que ha sufrido España en los 8 últimos años; es muy probable que la especulación inmobiliaria vuelva por sus fueros en cuanto las condiciones sean de nuevo propicias. Nadie va a hacer nada por evitarlo, eso ya lo hemos comprobado. Por cierto, existe una contradicción lesa entre dos de los principales argumentos que se utilizan contra la estación que me gustaría que alguien me explicase: ¿Si no hay nieve suficiente para hacer una estación, la estación es inviable y todo ese relicario que se repite hasta la extenuación, por qué tanto miedo a un boom inmobiliario?, ¿alguien va a ser tan tonto de comprarse un apartamento al lado de una estación que no tiene nieve?

Si el gran problema de la estación para el oso en la parte leonesa sería la afluencia masiva de visitantes en vehículo a motor a esos 2 aparcamientos aberrantes y absolutamente innecesarios planteados en el corazón de Lechada y Naranco; para Palencia y para la estación en general el elemento clave está, en mi opinión, en lo que se haga urbanísticamente en Cardaño de Arriba y en sus alrededores.

La situación actual es una carretera de los pantanos con un tráfico escaso excepto en verano, que cierra por el sur un sector inmenso de alta montaña de nuevo virgen; no hay carreteras, ni semáforos, ni hormigón, ni anuncios de Coca Cola, ni casi nada que recuerde a intervención humana, salvo por alguna pista forestal y alguna caseta de pastores; con una extraña excepción situada casi en el medio del sector: Cardaño de Arriba.

Deshabitado durante muchos años, ignoro cuántos vecinos hay ahora viviendo de forma permanente, pero está claro que Cardaño de Arriba es hoy por hoy un minúsculo barco humano en mitad de un inmenso mar de wilderness en el estado más prístino que se podría esperar en un país de las características de España. Es el Casasuertes de Palencia, un pueblo de esos donde nacen los ríos y mueren las carreteras, y se cuenta de ambos que el oso llegó a hibernar en alguna cuadra del pueblo.
No tengo referencias sobre cuanto terreno declarado urbanizable tiene Cardaño, si alguien lo sabe me gustaría que nos lo comentase, pero igual que se cambió una ley se puede cambiar otra y declarar urbanizable todo lo que sean fincas de fondo de valle. Si eso sucede, entonces si que me atrevo a decir que podemos olvidarnos del oso en el sector oriental. Descartando la posibilidad de que se llegue a urbanizar a pie de pista, lo que es muchísimo descartar, sería casi igual de lesivo urbanizar Cardaño de Arriba que urbanizar Lechada en su zona superior, cosa tampoco imposible, ya que la parte alta del valle son fincas particulares, y los propietarios de Portilla ya están organizados para lo que pueda venir, por supuesto, con la idea de vender si la oferta es buena.

Resumiendo: Una de las claves medioambientales de la estación es que no se edifique “arriba”, pero a todos los efectos debemos considerar a Cardaño de Arriba como lo que su nombre indica: “arriba”. Si Cardaño y sus alrededores se llenan de hoteles y chalets que serán usados, se supone, en toda época del año, podemos olvidarnos del oso para siempre.

¿Exagerado? Echemos cuentas de arriba abajo e imaginemos un recorrido del oso desde la boca del valle de Lechada hasta Cardaño de ABAJO (porque ahí está otra de las claves medioambientales de la estación) en la actualidad y en un futuro con la estación que se plantea.
Entrada publicada como comentario por Prioro

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2 comentarios:

Dondado dijo...

¿alguien va a ser tan tonto de comprarse un apartamento al lado de una estación que no tiene nieve? sin duda, estas compras son especulativas y la gente las hace "por lo que se oye". Antes de aprobarse la modificación del PORN ya se empezaron a comprar algunas casas y terrenos, bien es verdad que el precio era muy razonable pero con un buen montaje de marketing... (y algo de nieve habrá, no van a ser todos los años como este).
No es sencillo desde luego el tema de las viviendas, pero que recuerde la gente que vive allí, cuando empiecen a pensar en el maná inmobilario, los precios que hay que pagar por tu propia vivienda en las zonas donde ya ha pasado algo parecido, de acuerdo en que los actuales dueños salen ganando pero les dejan unos precios de vivienda a sus hijos que no van a poder permitirse.

Anónimo dijo...

San Glorio y el oso (VII)

Ahora mismo, partiendo de la boca del valle de Lechada, desde el polígono de Portilla al lado de la carretera, nos encontramos simplemente con la pista que recorre el valle por su fondo, dividida al final del mismo en dos brazos, el que nos lleva a Bobias y el que nos lleva al Valle de la Iglesia. Desde los llamados Prados de la Iglesia, todavía en el fondo del valle, se acaba la pista, y debemos seguir por veredas en dirección a cualquiera de los collados (generalmente Hontanillas) donde desde hace muchos años los vecinos de Cardaño y Portilla se encuentran en procesión y fiesta el día de San Lorenzo, en el límite de unos terrenos, que nadie lo olvide, que pertenecen a sus pueblos desde tiempo inmemorial. Por donde bajemos hacia Cardaño, desde Las Guadañas hay tres o cuatro opciones, tendremos simples veredas para caminar, y un horizonte de valles y montañas que hace falta ser un trozo de carne bautizado para no apreciar. Cerca de Cardaño de Arriba nos volvemos a encontrar otra pista forestal. Hemos recorrido 15 km de cordillera enlazando por un collado dos valles enormes, y ni en los dos valles principales ni en su multitud de valles laterales hay nada que recuerde al ser humano del siglo XX; eso es Wilderness. ¡Conozco gente que ha hecho esa ruta entera en esquís de travesía sin encontrase a nadie!
A la salida de Cardaño (3 ó 4 personas en otoño, invierno y primavera), nos encontramos la carretera que va a Cardaño de Abajo, poquísimo tránsito la mayoría del año, con un fondo de valle en el que hoy solo hay prados y el río. Llegamos a Cardaño de Abajo y hemos recorrido veinte km de naturaleza casi virgen, no hay parangón en España salvo en algún rincón de Pirineos, bueno sí, el recorrido de Lechada a Vidrieros por Pineda (los dos valles más grandes de la Cordillera Cantábrica) no tiene 20 km, tiene 30, y pertenece al mismo conjunto, articulado alrededor del gigantesco (por volumen) Curavacas; y todavía preguntan algunos que qué hay allí que merezca la pena proteger. Dios mío, dios mío, que país...

Bien, supongamos ahora el mismo recorrido con la estación hecha.
Por la entrada de Lechada donde ahora hay una pista habrá una carretera. Supongo, además que bastante ancha. Si se pretende (como se ha dicho) la entrada de autobuses, tendrá que ser una carretera de anchura considerable, al menos para que dos autobuses se crucen sin problemas; así que no me quiero imaginar la que va a haber que armar para hacer la susodicha carretera. Desde la entrada de Lechada hasta la peña de la calar hay cuatro kilómetros de desfiladero en los que actualmente caben justitos el arroyo y la pista, con prados en algún punto más ancho; para trazar por ahí una carretera va a haber que armar la de Dios pintó a perico, sin duda harán falta escolleras sobre el río para sujetar la carretera y escolleras en el lado de la montaña para que no caiga sobre la carretera. Le estamos poniendo otra barrera al oso, ahora para cruzar de lado a lado en el mismo valle; seguirá pasando, por supuesto, pero con menos comodidad que antes; incluso en tramos puntuales muy estrechos no podrá pasar, y recuerden: los impactos se suman, no son independientes. El impacto total de la estación es la suma de sus impactos parciales. Pasada la Peña de la Calar el valle se ensancha antes de partirse en dos, la carretera deberá dividirse: hacia la izquierda hará falta una carretera al menos para que suba y baje la maquinaria de mantenimiento hacia el sector de Bobias. Hacia el lado derecho-central nos encontraremos al final de la carretera con un aparcamiento para 40 autobuses y 2.300 coches, y un centro de recepción con cafetería, solarium, restaurante, etc; y de ahí partirán cables de acero en todas las direcciones: hacia el Valle de la iglesia, hacia Bobias y hacia Hoyos de Vargas; este planteamiento de estación es absolutamente aberrante; se cargan Lechada enterito, de arriba abajo. Pensando en el oso vuelve a ser absolutamente clave que todo ese complejo turístico permanezca cerrado fuera de la época de esquí, y eso, una vez más, no se lo cree ni Heidi. Subiendo en dirección hacia las Guadañas aún nos queda otra cafetería bien arriba, ¿se usará en verano?.

Pasado el collado entre las Guadañas y el Cuartas bajamos hacia el lado palentino. En la Llomba, donde ahora sólo hay silencio, nos encontramos otro centro de recepción similar al de Lechada, otro aparcamiento para 1000 coches y 15 autobuses y 4 remontes, uno de los cuáles puede subir 1500 personas a la hora a las puertas de una zona de reserva del parque palentino: el Pozo las Lomas; que ya tiene una presión turística grande en verano. La presencia masiva de gente en espacios naturales de alta calidad es un elemento deteriorante “per se”, eso a día de hoy no lo discute nadie. Por debajo del aparcamiento ni imaginar quiero la que tienen que mangar también en el estrecho valle que sube de Cardaño a la Llomba para convertir en carretera una vereda que gran parte del recorrido cae a plomo sobre el arroyo que baja del Pozo las Lomas.
Y a todo esto añadan la línea de alta tensión que sin duda hará falta para dar de comer este aparato descomunal de remontes y cañones, porque doy por descontado que la traerán de la térmica de Velilla por el lado palentino, ¿o nos la comeremos también los leoneses?
Con este cuadro es absolutamente imposible que un oso permanezca de noviembre a mayo en Lechada, Naranco y alto Cardaño, ni en el valle principal ni en sus laterales; y no vale eso de que cuando hay nieve el oso no anda, porque lo previsible es que el oso cada año hiberne menos, y cada vez será más frecuente la situación en que sólo estará la nieve producida artificialmente por los cañones en las partes más altas, estando sin nieve el resto del territorio, por lo tanto el oso podría circular libremente si no hubiera estación. En cuanto al resto del año existe una presión excesiva y desordenada de montañeros, que se agravará con el uso probable de todas esas infraestructuras fuera de la temporada de esquí.

Bien, llegamos a Cardaño de Arriba, probablemente lleno de hoteles y chalés, que multiplicarán por mil el impacto del tránsito actual de montañeros. Me gustaría que alguien de Cardaño que entrase al foro nos informase de cuál es la situación urbanística en Cardaño de Arriba, porque repito, lo que se haga allí es absolutamente clave para el impacto de la estación sobre el oso. Si aquello se llena de hoteles adiós oso.
¡Pues que bien!, diría alguno de mis vecinos. Ahora que ya no hay osos podemos hacer lo que nos dé la gana. Pues no, seguiríamos sin poder hacer lo que nos dé la gana. Cualquier otro animal, solo que ahora más vulgar y común, pasaría a ocupar el estatus de especie bandera que en la actualidad tiene el oso.

Salimos de Cardaño...

La carretera que va de Cardaño de Abajo a Cardaño de Arriba queda fuera del ámbito de la estación, pero es otro elemento clave en su impacto, ya que el aumento brutal de tráfico dificultará el paso del oso en el corredor principal y casi único que quedaría tras la estación: Valponguero - Gustalapiedra –Mazobres- Valcerezo - Valdenievas. Aún peor, si ese sector entre los dos Cardaños llegara a edificarse, entonces si que podemos olvidarnos para siempre del oso porque le sería casi imposible pasar de Riaño a Lebanza durante muchas épocas del año; nuestros osos no son los de Yellowstone, llevan siglos transmitiendo de madres a crías que hay que evitar en lo posible al hombre; y no es descartable que se edifique, ya que la mayoría del terreno son fincas particulares, terreno abierto, llano, entre una carretera y el río, y prácticamente a pie de estación.
Lo que veo más razonable sería un área de aparcamientos y servicios en las cercanías del puente Agudín y subir a la gente en transportes especiales de la estación, aún así el impacto sería enorme, pero las 3 carreteras y sus aparcamientos en Lechada, Naranco y Cardaño de Arriba agravan muchísimo el impacto de la estación de una forma gratuita, ya que podrían ahorrarse perfectamente estableciendo aparcamientos en la boca de los valles y subiendo a la gente en transportes colectivos.
A todo esto sumen el arreglo, ensanchamiento, y aumento exponencial del tráfico en la carretera que va de Cardaño a Velilla y en la que va de Cardaño a Cervera, que será, no lo duden, la principal entrada a la estación, porque el verdadero flujo de gente vendrá por la autovía Madrid- Santander a Aguilar y después a Cervera. Más barreras para el oso, ahora para transitar dentro del sector palentino, entre La Pernía y la espalda de la Sierra del Brezo. Sumen también el aumento de la construcción de viviendas en Cervera y Aguilar. Esas viviendas serán también usadas fuera de la temporada de esquí, ¿y a donde va a ir esa gente a pasear y ver naturaleza?, pues a donde de verdad están los osos: los bosques del alto Pisuerga, asentados sobre colinas de relieve dulce y también taladrados como los nuestros por un montón de pistas muchas de ellas innecesarias, o sea, bosques accesibles y frágiles ante un aumento exponencial del turismo. Alguno me dirá: “ya, pero también se pueden tomar medidas de compensación ambiental a San Glorio y ser más restrictivos en cuanto al tránsito por otras zonas”. No me vale. Si yo soy el pedáneo, pongamos por caso, de Casavegas, y me dicen que de octubre a diciembre no pueden los turistas pasear por mis bosques, cuando sé que al otro lado de la montaña se permite la entrada de miles de turistas en coche, mandaría directamente a tomar por saco a la administración de la que partiera la orden.

En CONCLUSIÓN: Ninguna de los impactos de la estación sobre el oso tomados de forma aislada acabaría con él, pero me parece imposible que sobreviviera a la suma de todos los impactos de la estación juntos mas los impactos que ya se están produciendo y no van a cesar: cacerías de jabalí en aumento, una cantera aquí, un buldozer abriendo una pista allá, una retroaraña plantando pinos que después arrancarán y escupirán los venados, y un larguísimo etc de pequeños sanglorios cotidianos contra los que casi nadie pelea, y que sumados son tan nocivos como cualquier estación de esquí.
Y no olviden que el verdadero problema medioambiental, que es el turismo rural y de montañeros masivo e incontrolado (también existe) aún está por llegar, al menos en Riaño, porque con toda la bambolla oficial y todas las cifras falsas que se dan, aún no ha llegado el primer turista al parque regional, y no es una errata. Llevamos 15 años de parque y jamás he conocido a nadie que viniese a ver el Parque Regional de los Picos de Europa. Ha venido gente, cada vez menos, pero atraída por otras cosas. Tendremos mucha suerte si a finales de la próxima década volvemos a alcanzar los niveles de turismo que teníamos en los 70 y 80, antes de hacerse el pantano, recuerden que esta comarca tenía un parador nacional de turismo antes de que la mayoría de los actuales consejeros de la Junta nacieran.
Como dije al principio no soy un técnico, y en este cuadro pueden faltar muchos impactos de detalle que a mí se me escapan, así que es muy posible que el impacto real sea mayor de lo que yo he expuesto. Pero repito, el impacto sobre el oso sólo es uno de los impactos de la estación, quizá el más llamativo, hay otros animales, plantas, suelos, ríos, paisajes, etc que sufrirán tanto o más que el oso. En el fondo de todo está la defensa del último gran rincón virgen de la Península Ibérica, pero se olvida demasiado a menudo que esa defensa no puede hacerse a costa del bienestar de la población de la zona.
Gracias a todos los que lo hayan leído aunque no estén de acuerdo en muchas cosas, y a ti Dondado muchas gracias por tu paciencia. Sólo te voy a pedir un favor: que me dejes adjuntar un San Glorio (VIII) con la propuesta razonada de una estación ceñida a León, si puedo lo haré la semana que viene.

UN SALUDO A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA FE.